Tareas de Ciencias para los tres grupos de tercero (A, B y C)
LA VIDA EN EL SIGLO XX
Una vez que tenemos una idea de cómo ha ido pasando y avanzando el tiempo. Vamos a aprender cómo era la vida en el siglo XX a través de las historias que nos cuenten nuestros padres de cómo vivieron su infancia a finales de este siglo.
Voy a compartir con vosotros, una historia que mi madre me contó muchas veces, sobre cómo eran las escuelas y la educación a mediados del siglo XX, en la década de 1.950. Con esta historia, yo aprendí a valorar la suerte que tuve en mi infancia, en la década de 1.990, de poder ir al colegio, como vosotros vais ahora, para estudiar y aprender mucho.
La escuela en la década de 1950
En esa época había muy pocas escuelas, y no era obligatorio que los niños fuesen a estudiar. Iba muy poca gente porque los niños tenían que ayudar en sus casas y trabajar para conseguir dinero y dárselo a sus familias para poder comer.
Mi abuela apuntó a mi madre por primera vez a la escuela cuando tenía 8 años, vuestra edad, en el año 1952. Era una escuela que mi abuela tenía que pagar para que mi madre asistiese, y las maestras eran monjas. Mi madre recorría cada día, ella sola, casi una hora de camino para llegar a la escuela. Fue varias veces.
Un día, una de las monjas que estaba enseñando a leer, le dijo a una amiga de mi madre que se sentaba en primera fila: “Paquita, ponte de pie y empieza a leer”. Paquita, que aún no sabía leer bien, porque estaba aprendiendo, comenzó a leer, pero de repente se equivocó. Y la monja le dijo: “Paquita abre las manos”. Y la monja le dio muy fuerte con la regla en sus manos. Cada vez que se equivocaba le pegaba con la regla.
Al finalizar la clase, la monja que le había pegado a Paquita, le dijo a mi madre: “María, tú que eres una niña muy lista, mañana te pones en primera fila y empiezas a leer”. Cuando acabó la escuela ese día, mientras mi madre iba de camino a casa pensó: “ni de broma me veis más el pelo por esta escuela, a mí no me vais a pegar para aprender a leer”.
Cuando llegó a su casa, no quería decepcionar a su madre, porque sabía el gran esfuerzo que hacía pagándole las clases para que ella aprendiese. Entonces, decidió que cada día haría como que iba a la escuela y se quedaría en la calle jugando para hacer tiempo y, que su madre creyese, que estaba en la escuela.
Finalmente, un día le contó la verdad a su madre y, ella la entendió, y le dijo: “María, tendrías que habérmelo contado antes, yo nunca te obligaré a que vayas a un sitio en el que alguien pueda pegarte para aprender”. Mi abuela decidió ponerle un profesor particular que iba algunas tardes a su casa para enseñarla allí. Mi madre recibió clases de su maestro tan solo dos meses y, en ese tiempo, aprendió las cosas básicas para no ser una analfabeta y poder avanzar en su vida como son: leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir.
Estoy muy orgullosa de mi madre, porque a pesar de lo dura que fue la vida en aquella época, y no tuvo la oportunidad de aprender más dos meses, ha conseguido sacar a su familia hacia adelante y hacer grandes cosas en la vida.
Actividad
Tenéis que escribir una historia que vuestro padre o vuestra madre os cuente sobre cómo era la vida en su infancia a finales del siglo XX. Yo he compartido con vosotros una historia de la infancia de mi madre que sucedió a mediados de ese siglo. Pero vuestros padres y madres, tendrán más o menos mi edad. Así que puedo daros algunas ideas sobre cosas interesantes que podéis preguntarles sobre su infancia.
Entre las décadas de 1.970, 1.980 y 1.990; no había ordenadores para uso personal, ni móviles, ni tablets, ni vídeo juegos, ni cámaras digitales… Pero, sin embargo, vivimos una infancia muy feliz al margen de las tecnologías. Nos divertíamos mucho saliendo a la calle a jugar con nuestros amigos y amigas. Y para comunicarnos con personas que vivían en otras ciudades diferentes a la nuestra, nos escribíamos cartas por correo postal o nos llamábamos a través del teléfono fijo de casa o de las cabinas telefónicas que había en las calles.
Ya os he dado algunas ideas, ahora ya, vosotros le preguntáis a papá o a mamá para que os cuenten alguna historia de cómo vivieron su infancia y me la escribís. Si alguno de vosotros lo prefiere, puede preguntarle a su abuelo o a su abuela cómo era su infancia para viajar décadas, aún más atrás, en el tiempo. Si queréis podéis enseñarme algunas fotos, recuerdos o imágenes sacadas de Internet sobre las cosas que me contéis en vuestra historia.
Os recuerdo los a los que debéis mandar las tareas:
Tercero A: ceip.lasmarinas.tercero.a@gmail.com
Tercero B: ceip.lasmarinas.tercero.b@gmail.com
Tercero C: ceip.lasmarinas.tercero.c@gmail.com
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